lunes, 27 de abril de 2009

Se divisa tierra desde el carajo

Después de mucho navegar, pensando acerca de lo difícil que es encontrar tierra firme y casi empezando a creer que hallarla es un milagro, avisté la costa. No sé si yo conquisté antes esa tierra o si ella conquistó primero a mi barco, no sé si quien se movía era yo en su búsqueda o si en realidad permanecía en un punto fijo mientras el mundo giraba debajo, acercándola cada vez más… Lo cierto es que dejé el profundo y vacío mar atrás, he anclado y ya mis pies abandonaron la cubierta para recorrer este continente al cual he arribado y que aparentemente tiene demasiados tesoros invaluables esparcidos por todos lados. No traigo espejitos para cambiar por riquezas, espero no irme tampoco con espejitos en la mano…

jueves, 5 de marzo de 2009

Caos

La mente hinchada, las pupilas dilatadas, los sentidos alterados. Un cuerpo que se agita entre sábanas no tan desordenadas como las almas que sobre ellas se abrazan. Las ideas se mezclan con el humo, la música con las palabras de fondo y los verdaderos significados de las miradas con el que cada una prefiere darles. Caos: el encuentro, el desencuentro, los papeles en el piso, ropa sobre la mesa, los pasos inseguros hacia aquella puerta cerrada que comienza a abrirse en la imaginación y que esconde detrás, como toda puerta, una entropía que acecha impaciente. Más entropía en la entropía, más letras flotando sobre el piso, posiblemente una entropía que lucha contra otra, la doble negación que resulta en una afirmación, o tal vez sólo una segunda entropía en reemplazo de la anterior, no tan distinta: más caos y humo espeso difuminando las cosas.
Las palabras se pierden para volver más tarde junto a algunos minutos de cordura, ideas hilvanadas en la incongruencia de esa montaña rusa que termina en su boca, túnel en el que los ojos no sirven de nada, silencios cortados por risas y corazones agitados que culminan en risas agitadas y corazones cortados...
Más de lo mismo, sólo vastas aguas azules… no se divisa tierra desde el carajo.

viernes, 23 de enero de 2009

Enero

Un suave viento susurra en mi mente letras sueltas que alguna vez formaron palabras que ya no recuerdo. Y en esta noche particular de enero, la única y última, la lluvia se mezcla con las gotas saladas que esas palabras, perdidas entre los pliegues de otras sábanas, produjeron por primera vez al momento de quebrarse para siempre en un alfabeto carente del significado mágico que para mi tuvieron.
Probablemente sea la época del mes, probablemente sea enero completo, posiblemente sea sólo un recuerdo que permanecerá siempre en este punto del calendario por más que su significado vaya cambiando con el tiempo. Hoy extraño sin extrañar, de una forma diferente a la que lo hice en el último enero y de una forma diferente a la que lo haré en el próximo, si es que mis oídos son entonces aún capaces de oír el débil murmullo del viento.