viernes, 11 de junio de 2010

Caja de sorpresas

Desperté y estaba a mi lado. Abrí mis ojos y vi los de ella que seguramente llevaban largo rato abiertos, a veces mirándome. No hay imagen que me parezca más hermosa que esa, la de sus ojos fijos en mí, la de su sonrisa esbozada en esa boca que me vuelve loca, en esos labios que son mi perdición. Y no hay sensación más linda que la de su cuerpo desnudo junto al mío, su calor abrigándome, no necesito más que eso para ser feliz. Ella es todo y está en todo lo que me rodea. Cambió mi vida aunque a veces no se de cuenta de (o yo no sepa cómo expresarle) la importancia que tiene en mí. A veces creo que las palabras no son suficientes para decirle lo que genera, lo que es en mi vida, pero palabras son todo lo que tengo, todo lo que puedo darle, y siento que es insuficiente. Produce mucha impotencia intentar en vano encontrar la forma de dárselo a entender, tener que reducir un sentimiento tan grande a dos palabras tan pequeñas: “te amo”. Y todo el significado entra en esos "te amo" a presión, como en una caja de sorpresas, y espero que al escuchar esas palabras simples de decir pero tan complejas de entender, todo ese contenido se libere y le llegue con la magnitud con la que los encierro. Ojalá existiera la forma de que lea mis pensamientos, o mejor, mis sentimientos. Pero por ahora no queda otra que conformarse con las cajitas de sorpresas...


Te amo recién entregado a su dueño (la imagen es sólo a modo ilustrativo, el producto original difiere mucho del aquí representado).